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San Nicolás de los Arroyos
sábado, 27 julio, 2024

Edición N° 4849

A 25 AÑOS DE LA MUERTE DE CRISTIAN QUIROZ, EL NIÑO QUE MURIÓ TRAS CAER A UN POZO DE AGUA QUE ESTABA ABIERTO

Un 19 de marzo pero de 1998, Cristian Quiroz, un niño de solo cinco años, regresaba a su casa del jardín. Mientras caminaba por Av. Moreno y Av. Dámaso Valdés, cayó a un pozo de agua que se encontraba abierto. La desesperación fue total y tras 33 horas de trabajo, lograron sacar a Cristian, pero ya era tarde.

A 25 AÑOS DE LA MUERTE DE CRISTIAN QUIROZ, EL NIÑO QUE MURIÓ TRAS CAER A UN POZO DE AGUA QUE ESTABA ABIERTO

De la Redacción de El Norte
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“¿Descansar en paz?, yo creo que no”, había manifestado a EL NORTE Oscar Quiroz, el padre de Cristian, quien cayó a un pozo de agua que estaba abierto. Fue el 19 de marzo de 1998, cuando el niño de tan solo cinco años volvía del jardín, caminando por Av. Moreno en intersección con Av. Dámaso Valdés.

Allí, sobre la primera avenida mencionada, hay todavía un descampado y un pozo de agua. Dicho pozo estaba descubierto y mientras Cristian Quiroz hacía su habitual recorrido de vuelta a casa, cayó dentro del mismo. La preocupación y la angustia fueron instantáneas. Oscar Quiroz estaba trabajando y salió corriendo apenas se enteró para socorrer a su hijo.



“No hubo justicia, la Justicia en nuestro país es mala porque hay mucha corrupción, mi hijo fue víctima de ella. Ese pozo debería haber estado tapado como correspondía y taparlo valía un millón de pesos, alguien se quedó con ese dinero y el pozo nunca se tapó”, expresó con bronca Oscar Quiroz.

De inmediato agregó que “fue víctima dos veces de la corrupción. De los jueces que no metieron preso a nadie, mi hijo fue traicionado por el sistema de este país. Esto lo digo porque, lamentablemente, los jueces van de la mano de la corrupción, por eso en el caso de mi nene no hubo justicia”.

El agónico rescate

La historia del rescate es estremecedora. Fueron 33 horas de incertidumbre, donde la ciudadanía del país estaba expectante de lo que sucedía. Medios nacionales estacionaron sus camionetas para transmitir el minuto a minuto de lo que estaba pasando. A pesar de los intentos, Cristian Quiroz fue sacado ya sin vida del pozo.



“Creo que no hay sensación más fea para un padre que un momento así. Había una cámara dentro del pozo, donde los rescatistas estaban trabajando. Me permiten pasar para ver cómo sacaban a Cristian. Cuando empiezan a romper en el pozo paralelo que estaban haciendo, veo que sale una cantidad impresionante de barro y tierra, que eso estaba arriba de mi hijo. Escarban, sacan más tierra y barro y ahí estaba Cristian, sepultado en barro. Esa imagen la tengo en la cabeza hasta el día de hoy”, manifestó Oscar Quiroz entre lágrimas.

“Cuando lo sacan, me llevan a mí y a mi señora en ese momento en una de las ambulancias al hospital. Llegamos y nos confirman que había fallecido dentro del pozo. La autopsia reveló que murió por haberse ahogado con barro. Sinceramente nunca voy a poder entender cómo no cayó una sola persona en cana”, añadió.

Conmoción

Los yuyos, la maleza, el pasto y la tierra camuflaban una tapa precaria: una lámina cuadrada de 40 centímetros por lado servía de techo de un pozo cónico de 18 metros de profundidad. Cristian no la vio, pisó en el borde de la chapa, la cual cedió por el peso y cayó.



“Papelito”, un vendedor ambulante que debe su apodo a su físico menudo, muy conocido por los nicoleños, fue el primer voluntario en rescatar a Cristian. No tuvo éxito. Luego intentaron meterse al rescate Maximiliano González, remisero de profesión, y Sebastián Arata, hijo del doctor Carlos Arata, quien bajó con auriculares y micrófonos. Lo intentó dos veces, pero sin éxito. Un bombero de Villa Constitución fue otro voluntario. Reconoció haber visto “una remera o una camisa allá en el fondo”.

Todo culminó 33 horas después, con Cristian Quiroz sin vida, sus padres, hermanos y familiares con el corazón partido; y un país conmocionado por la muerte de un niño de cinco años que podía evitarse. EL NORTE volvió a recorrer el lugar donde hoy sí está bien cubierto ese pozo. Es allí donde los vecinos recuerdan ese fatídico día, casi de memoria.

“Una de las cosas que más me acuerdo son los gritos de la madre de Cristian. Creo que el desborde de la situación no nos hace darnos cuenta de cómo nos expresamos. Me dolió mucho el final de esto, de la negligencia de políticos y jueces, de la empresa que tenía que tapar ese pozo”, expresó una vecina a este diario.



Sin justicia

El fiscal Hugo Vianni había calificado la causa como homicidio culposo y solicitado penas de entre dos y tres años y medio para seis imputados: empresarios y funcionarios, todos relacionados con la construcción de redes de pozos para extracción de agua. El letrado agregó que, además del delito de homicidio culposo, esperaban que los imputados fueran acusados por el delito de violación de los deberes de funcionarios públicos.

En 2001, tres años después de la tragedia, la Justicia de San Nicolás condenó solo a dos años y diez meses de prisión por homicidio culposo a Miguel Ángel Pampalone, dueño de la empresa constructora Topsa S.A., encargada de excavar el pozo para dotar de agua potable a varios barrios de la ciudad. La pena permite la excarcelación durante el proceso. Para el juez, Pampalone no cumplió con “sus facultades decisorias como representante técnico de Topsa S.A., para ordenar el cegado y del motivo evidente del abandono del pozo para evitar los gastos que ello le demandaba”.



Los otros dos condenados fueron el ingeniero y funcionario del Municipio, Juan José Gómez, por poseer “poder excluyente de decisión sobre la obra como para exigir en nombre de la comuna al representante técnico de la contratista el relleno del pozo en cuestión”, y el inspector municipal Claudio Actis. Ninguno cumplió penas en la cárcel, aunque sí fueron inhabilitadas sus licencias profesionales.

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