La presentaron en la Semana de la Moda de París y causó polémica. No es la primera vez que la prestigiosa casa de moda propone accesorios que emulan elementos cotidianos y los transforma en objetos preciados
El ámbito de la moda frecuentemente nos deja boquiabiertos en su constante búsqueda por estar a la vanguardia, ese universo de estilo asombroso que a menudo se encuentra sumergido en un océano de incertidumbres sobre lo que podría ser considerado tendencia o no, en otras palabras: entre lo que se considera adecuado y lo que puede terminar siendo catalogado rápidamente -¡y con riesgo!- como ridículo.
Balenciaga, una marca de ropa de alta costura, fue un punto de referencia en el sector de la moda femenina desde la década de 1940. Sus diseños exclusivos y su espíritu innovador han capturado la atención en múltiples ocasiones, tanto en las pasarelas como en las campañas de moda.
En su más reciente colección de accesorios, la firma sorprendió a su audiencia, especialmente con uno de sus artículos: una pulsera diseñada para asemejarse a una cinta adhesiva. Esta pieza es una imitación bastante precisa de un rollo de cinta transparente convencional, con la distinción de llevar impreso el nombre de “Balenciaga” a lo largo de su superficie.
Este peculiar brazalete es parte de la colección de invierno y se expuso en la pasarela en la Semana de la Moda de París, pero pasó desapercibida. La lució en público una de las modelos de la pasarela, que además llevaba unas gafas blancas futuristas y una prenda azul claro con detalles confeccionados en plástico transparente que combinaban con la pulsera.
La marca de alta costura le ha dado a la pulsera un valor de 3.000 euros. Esto causó una revuelta en las redes sociales ya que su precio es significativamente alto en comparación a otras pulseras que han lanzado, además del hecho de que el accesorio se acerca más a un objeto ordinario que a uno de lujo.
Tanto el público como los expertos en moda se cuestionan la creatividad de las casas de alta costura, y se preguntan si no se encuentran rozando lo absurdo. La audiencia no logra descifrar el objetivo del diseñador.
Aun cuando el accesorio ha generado muchísima polémica por su extravagante precio, los fashionistas no dudaron en ir a comprarlo. Se vendió en los talles S, M y L.
El accesorio tiene un valor de 3000 euros y se agotó en la tienda online y en las joyerías. La marca conoce a su público perfectamente y, aunque sus piezas crean las controversias más inesperadas, pareciera tener su éxito garantizado a nivel mundial.