Los expertos señalan que la heterogeneidad del manto temprano puede ser una consecuencia natural del impacto gigante que formó la Luna
Un equipo internacional e interdisciplinario de investigación afirmó que unas anomalías masivas detectadas en las profundidades de nuestro planeta pueden ser los restos del protoplaneta Theia, que colisionó hace unos 4.500 millones de años con la Tierra primitiva (Gaia). A partir de los escombros generados en el choque, que se conoce con el nombre de “impacto gigante”, se cree que se formó la Luna.
Las anomalías de las LLVP
En el manto profundo de la Tierra existen unas enormes formaciones de roca rodeando el núcleo que los sismólogos llaman grandes provincias de baja velocidad de corte (LLVP, por sus siglas en inglés). Estas formaciones se encuentran debajo de África Occidental y el océano Pacífico y tienen hasta 1.000 kilómetros de altura y varias veces más de ancho. Cuando las ondas sísmicas pasan a través de estas áreas, la velocidad de la onda se reduce significativamente.
La investigación se basó en un novedoso método computacional de dinámica de fluidos llamado Masa Finita sin Malla (MFM), que sobresale en modelar con precisión la turbulencia y la mezcla de materiales. El método fue desarrollado por el profesor Deng Hongping, de la Academia de Ciencias de China. Las simulaciones numéricas indicaron que la Luna probablemente heredó material principalmente de Theia, mientras que Gaia, debido a que tenía una masa mucho mayor, solo retuvo una ínfima porción del material del protoplaneta alienígena.