El Gobierno ha tomado un importante movimiento en el terreno económico al anular una disposición establecida durante la administración previa, la cual limitaba la exportación de cereales como trigo y maíz. Este cambio, tiene como objetivo simplificar los procedimientos de venta en la industria agrícola-ganadera.
La medida ahora derogada fue instaurada en diciembre de 2021 por el ex ministro de Agricultura, Julián Domínguez. Bajo esta resolución, se estableció que la entonces Subsecretaría de Mercados Agropecuarios publicaría los volúmenes de equilibrio para cumplimentar la demanda del mercado interno de productos agrícolas. El objetivo principal era garantizar el abastecimiento del mercado nacional, evitando que las exportaciones de trigo y maíz afectaran negativamente dicho abastecimiento.
La administración actual, encabezada por Javier Milei, ha considerado necesario alinear las políticas de regulación del sector agropecuario y simplificar los procesos burocráticos relacionados con el Estado, los productores, exportadores e importadores. Este cambio de enfoque se enmarca en una visión de reordenamiento integral de la producción y la revisión de los regímenes jurídicos existentes, tal como se establece en el Decreto N° 70 de diciembre de 2023.
El Poder Ejecutivo ha destacado la importancia de revisar integralmente la normativa reglamentaria relacionada con las actividades agrícolas, ganaderas y de pesca, en línea con las nuevas políticas públicas delineadas para el reordenamiento de la producción en general. Se ha señalado que algunas normas vigentes han ralentizado la operatividad del sector, alejándola de la agilidad que se espera de la función pública en el contexto económico actual.
La derogación de esta medida implica un cambio significativo en la política económica del país, especialmente en el sector agropecuario, uno de los motores de la economía argentina. Se espera que esta acción genere un impacto positivo en la actividad exportadora, al eliminar restricciones que limitaban la capacidad de los productores de comercializar sus productos en el mercado internacional.
Este cambio también podría tener repercusiones en otros sectores de la economía, al fomentar una mayor dinámica en el flujo de comercio exterior y mejorar las condiciones para la inversión y el desarrollo empresarial. Sin embargo, será fundamental monitorear de cerca la evolución de la situación y realizar ajustes necesarios para garantizar un equilibrio entre los intereses del mercado interno y las oportunidades de exportación.
Fuente: Panorama directo