El rango etario 18-30 asegura que el panorama de incertidumbre electoral, junto a la disminución en su capacidad de ahorro, son factores que inciden directamente en los hábitos de consumo. Los sectores que notaron esta injerencia se vinculan al gastronómico, calzado e indumentaria y lugares bailables. “¿Para qué vas a ahorrar $20.000 por mes? En un año ahorraste $240.000, te comprás un jean y una camisa”, grafican.
De la redacción de EL NORTE
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Últimamente se logra advertir cierta tendencia en la sociedad argentina, donde jóvenes de entre 18 y 30 años de edad son protagonistas. Hablando en términos generales, se trata de trabajadores asalariados pertenecientes a la clase media que no tienen hijos ni otras responsabilidades además de ciertos gastos fijos. Al verse disminuida su capacidad de ahorro, optan por disfrutar su salario y “vivir el día a día”.
Tanto la incertidumbre política de larga data que se ve acrecentada por la proximidad de las elecciones generales, como la constante desvalorización del peso, son factores que inciden directamente en sus decisiones, argumentan. En tanto, al verse imposibilitados de adquirir una vivienda propia, bienes durables o incluso un automóvil a su nombre debido al elevado costo que demandan, prefieren gastar en el corto plazo en otras aristas “antes que aumente”.
Con el propósito de confirmar o desandar el fenómeno planteado específicamente en nuestra ciudad, EL NORTE decidió llevar a cabo una encuesta vía redes sociales y dialogar con los jóvenes. El 64% de los usuarios que participaron confirmaron esta tendencia, mientras que el 36% prefiere guardar parte de sus ingresos pensando en el día de mañana. Una joven que se identificó con el grupo de mayor porcentaje manifestó: “Es imposible pensar en comprar una casa o un terreno como lo hacían décadas atrás mis viejos o mis abuelos”. En contrapartida, un encuestado de los “ahorrativos” expresó que “aunque no alcance para mucho, tampoco es para patinarla cada mes”.
Rubros beneficiados
El segmento joven que activa el consumo puede percibirse en determinados sectores como el gastronómico, calzado e indumentaria y lugares bailables.
“En nuestro rubro vemos parejas jóvenes sin hijos, gente mayor con buenos ingresos o grupos de amigos que pagan de forma individual y se dan sus gustos. El común de las familias están bastante alejadas de los bares y restaurantes“, consideró un gastronómico nicoleño.
“En Argentina comprar un auto o una casa ya no es un sueño, es una fantasía porque cuando ves los números te das cuenta de que es imposible. Si tenés $10.000 disponibles, ¿vas a irte de vacaciones? Con la miseria que hay la gente no puede ni pintar la casa. Entonces en un fin de semana, prefieren darse un gustito de salir y por lo menos se entretienen. Hoy en día, el ahorro en la sociedad de consumo no existe más. No es que no se quiere, no se puede realmente. ¿Para qué vas a ahorrar $20.000 por mes? En un año ahorraste $240.000, te comprás un jean y una camisa. Por esto, la gente se vuelca a estos consumos”, graficó otro abocado al sector indumentaria.
A diferencia del rango etario mencionado (18-30) que muestra cierto hedonismo vinculado al placer sensorial e inmediato, están quienes poseen diferentes obligaciones, familias que mantener y, por lo tanto, deben cuidarse con determinados gastos.
De hecho, justamente el atraso de la maternidad y paternidad es otro de los elementos que influye.
Cuestión política
Frente a la vereda de índole económica, la arista política adquiere similar relevancia. Un reciente informe sobre las elecciones 2023 del Observatorio de Medios perteneciente a la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales (Universidad Nacional de Rosario) reveló que existen tres diferentes tipos de atención e interés entre los jóvenes.
Por un lado, se ubican quienes muestran un alto grado de predisposición por el proceso electoral. “Esta postura coincide con jóvenes que participan activamente en la vida social y política de su comunidad”, manifiestan. Por otro lado, están aquellos que sostienen una completa apatía y desgana al respecto. Y en medio de los extremos, existen jóvenes que
“sienten que deben informarse (es un mandato social/ciudadano) porque el voto es obligatorio”.
“Actualmente las juventudes no van en busca de información, sino que se encuentran con distintos tipos de contenidos informativos que los algoritmos suponen que les interesan en las redes que habitan”, afirmaron.