La tragedia provocó la muerte de 100 personas, 1.500.000 damnificados y 128 desaparecidos.
La defensa civil local informó que el número de muertos por las intensas lluvias que inundaron el estado brasileño de Rio Grande do Sul en los últimos días alcanzó los 100, con 128 personas aún desaparecidas.
Según la agencia, las lluvias en la región dejaron a más de 163.000 personas sin hogar, afectando a 417 de los 497 municipios del estado y a más de 1,4 millones de personas.
A medida que se intensifican las labores de rescate en las ciudades afectadas por las lluvias y las crecidas de los ríos en la región, el Centro Nacional de Monitoreo y Alerta de Desastres Naturales (CEMADEN) emitió una advertencia sobre la posibilidad “muy alta” de “nuevos eventos hidrológicos” en el sureste, suroeste y en la capital, Porto Alegre, del estado.
Además, la empresa de investigación meteorológica MetSul Meteorología pronosticó un aumento en las inundaciones en el sur del estado en los próximos días.
El escenario climático se agravó con una inusual combinación de temperaturas elevadas, humedad alta y vientos intensos, exacerbados por el cambio climático. Francisco Eliseu Aquino, de la agencia AFP, destacó que Rio Grande do Sul fue históricamente un punto de convergencia entre masas de aire tropicales y polares, pero estas interacciones se han vuelto más pronunciadas con el cambio climático.
En esta misma línea, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva advirtió que estas inundaciones representan “una advertencia para el mundo” y anunció planes de inversión por valor de 18,300 millones de reales (aproximadamente 3,500 millones de dólares) en infraestructura y medidas de prevención de desastres naturales. Estas medidas tienen como objetivo corregir décadas de desarrollo urbano desordenado en las ciudades brasileñas.