Según estimaron desde el Obispado de San Nicolás, cerca de 500 mil fieles pasaron por el Santuario los días sábado 24 y domingo 25 de septiembre de este año. El Santuario de la Virgen del Rosario volvió a ser el epicentro de la fe.

De la redacción de EL NORTE
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El 39º aniversario de la aparición de la Virgen del Rosario de San Nicolás convocó este año a una verdadera multitud. Peregrinaciones de diversos puntos del país arribaron a la ciudad con emoción por cumplir el objetivo de estar en la casa de María como cada 25 de septiembre.
El obispo Hugo Santiago presidió la misa principal en “El Campito”. Según estimaron desde el Obispado, cerca de 500 mil fieles pasaron por el Santuario entre el sábado 24 y el domingo 25 de septiembre. San Nicolás volvió a ser el epicentro de fe.
Monseñor Santiago destacó la visita de la imagen de la Virgen a la Unidad Penal 3. “Son los lugares donde tenemos que estar”, consideró. Sobre los mensajes de María a Gladys, explicó que hace años no se difunden (sólo se hizo del ‘83 al ‘90) “para cuidar lo genuino de ellos, que sean fidedignos”. “Ahora ponemos el acento en el acontecimiento originado, el Santuario como casa de la Madre y la imagen. La reconciliación es el punto de gracia de la Virgen, que es lo que necesitamos como sociedad. La gente viene a buscar salud, trabajo, restitución de vínculos, y se les concede. Queremos hacer una fiesta de la fe, y pedimos por la verdad y la justicia. Sabemos los porcentajes de pobreza que hay en Argentina. Es necesario que más gente tenga cobertura médica, trabajo digno, educación. Sino la gente se va a la salida fácil, lo vemos en un ciudad cercana que está teniendo gravísimos problemas con la droga, encuentra una salida económica pero en realidad es una esclavitud tremenda, se transforman en adictos y violentos, por la falta de integración”, marcó el Obispo.
Por su parte, el Padre Luis Prieto, rector del Santuario, se refirió a “expectativas superadas” en relación a la celebración mariana. “La gente tiene necesidad de acercarse a Dios, a dar gracias o pedir fuerzas. Y el sentido de reunirnos como comunidad, como familia, con espíritu de encuentro y alegría. Esta advocación de María del Rosario se va extendiendo, por un mundo de paz, sin grietas”, expresó.