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San Nicolás de los Arroyos
viernes, 26 julio, 2024

Edición N° 4849

“LAS BIENAVENTURANZAS Y LAS REDES SOCIALES”

HE VENIDO PARA QUE TENGAN VIDA

Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Mateo (Mt 5, 17-37).

Por el Monseñor Norberto Hugo Santiago
Obispo de la Diócesis de San Nicolás

“Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos. Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: ‘No mataras, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal’. Pero Yo les digo que todo aquél que se irrita con su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Ustedes han oído que se dijo: ‘No cometerás adulterio’. Pero Yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Ustedes han oído también que se dijo a los antepasados: ‘No jurarás falsamente, y cumplirás los juramentos hechos al Señor’. Pero Yo les digo que no juren de ningún modo’. Cuando ustedes digan ‘si’, que sea sí, y cuando digan ‘no’, que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno”

Un nuevo código

Estamos ante “los mandamientos” del Nuevo Testamento o “ley nueva”: las bienaventuranzas. El Papa Francisco suele decir que si uno vive las bienaventuranzas y el Evangelio del juicio final: “estuve, enfermo, preso…y me viniste a visitar, desnudo y me vestiste, hambriento y me diste de comer…” se salva, porque en esos textos está, en resumen, lo que tiene que vivir un cristiano. Lo “nuevo” que tienen las bienaventuranzas es la gracia de Dios para poder vivirlas, porque son mucho más difíciles de practicar que los diez mandamientos.



“No matarás”

 Por la densidad que tienen las Bienaventuranzas, reflexionaré solamente sobre una de las que presenta el Evangelio de este domingo: “no matarás”. Comencemos con lo más común: matar el “buen nombre” de una persona mediante la crítica o la calumnia. Las redes sociales son una formidable manera de comunicarnos, lo podemos hacer a cada rato, con menos tiempo y cubriendo mayores distancias; podemos mandar un whatsapp a un amigo que vive en Europa u otro continente y comunicarnos con un video como si estuviésemos cerca. Desde el punto de vista negativo, escondidos detrás de un celular o una computadora, podemos matar el buen nombre de una persona y provocarle una “muerte social”; le podemos poner una “etiqueta”, que aunque después se demuestre que era falsa, será muy difícil que esa persona se libre de la mala fama que le hicimos a través de un “twit”, del “face”, “instagram”  u otro modo de comunicación. Por eso el Papa Francisco dice en el documento que escribió sobre la santidad en el mundo actual: “También los cristianos pueden formar parte de redes de violencia verbal a través de internet y de los diversos foros o espacios de intercambio digital (…) se suelen naturalizar la difamación y la calumnia, y parece quedar fuera toda ética y respeto por la fama ajena (….) en estas redes se dicen cosas que no serían tolerables en la vida pública, y se busca compensar las propias insatisfacciones descargando con furia los deseos de venganza (….) y se destroza la imagen ajena sin piedad” (Papa Francisco: Gaudete et exsultate nº 115).

¿Cómo reaccionar?

Ante este nuevo modo de violencia, en el documento citado, el Papa nos aconseja no reaccionar de la misma manera sino con el siguiente modo: “La firmeza interior que es obra de la gracia, nos preserva de dejarnos arrastrar por la violencia que invade la vida social, porque la gracia aplaca la vanidad y hace posible la mansedumbre del corazón. El santo no gasta sus energías lamentando errores ajenos, es capaz de hacer silencio ante los defectos de sus hermanos y evita la violencia verbal que arrasa y maltrata, porque no se cree digno de ser duro con los demás, porque los considera como superiores a uno mismo” (cf Flp 2, 3). En síntesis, además de evitar criticar o calumniar por las redes, porque el daño que podemos hacer al buen nombre de una persona es mayúsculo e injusto, la reacción aconsejable cuando nos han criticado injustamente, es la mansedumbre, pedirle a Dios la entereza de no entrar en el juego porque significa contribuir a generar un destructivo espiral de violencia.



El consejo de Dios

El camino que propone Jesús en el Evangelio es menos cobarde y no es anónimo: la corrección fraterna; hablar con la persona que, según nuestro criterio, está obrando mal y humildemente decir “me parece” que te equivocaste, aclarar el equívoco, ya que muchas veces se trata sólo de eso, una falta de entendimiento, de diálogo, de escucha, una comprensión no correcta de un mensaje; por ese camino llega la reconciliación que nos vuelve a unir. De este modo, bajamos los altos decibeles de violencia social por los cuales nos lastimamos inútilmente los unos a los otros, y en cambio, optamos por ser constructores de paz y de unidad. Así ponemos nuestro granito de arena para una mayor calidad de vida para todos, ya que, por las guerras, la difamación, la violencia, nos autodestruimos y obviamente vivimos mal, mientras que, en los vínculos de amistad, de comunicación profunda, de complementariedad, de ayuda mutua, reside una mejor calidad de vida para todos.

Buen domingo y buen almuerzo.

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