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miércoles, 18 septiembre, 2024
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Ley de talles en San Nicolás: las dificultades de encontrar ropa para la diversidad corporal

La legislación vigente corre peligro porque se encuentra en el conjunto de derogaciones impulsadas por la ley “Bases” del Gobierno nacional. Activistas advierten sobre su importancia pero aseguran que siempre fue “cajoneada”. Lo cierto es que las consumidoras y propietarias de locales manifiestan que persiste la imposibilidad de conseguir talles ‘reales’. EL NORTE hizo un sondeo.

Una encuesta  llevada a cabo por AnyBody Argentina especificó que el 53% de las más de 6 mil personas entrevistadas señalaron tener dificultades para encontrar talle “siempre” y “casi siempre” / EL NORTE

Martina Suárez
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Según un estudio realizado por el Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (Cipdh-Unesco), en Argentina, 7 de cada 10 personas plantean que no pueden conseguir fácilmente ropa o calzado de su talla. Asimismo, una encuesta llevada a cabo por la organización AnyBody Argentina especificó que el 53% de las más de 6 mil personas entrevistadas señalaron tener dificultades para encontrar talle “siempre” y “casi siempre”. Por eso, la Ley de Talles fue una pieza clave en el intento por garantizar la inclusión y la diversidad corporal en la oferta de indumentaria para la población a partir de los 12 años de edad. De todos modos, su implementación prácticamente no llegó. Ahora, la ley de talles corre peligro de derogación, aunque aseguran que “nunca se implementó”. Está incluida en el conjunto de derogaciones impulsadas por la ley “Bases” del gobierno nacional. Militantes y activistas advierten sobre su importancia pero aseguran que siempre fue “cajoneada”. EL NORTE recorrió algunas tiendas de ropa de la ciudad para consultar sobre su aplicación.

En una sociedad influenciada por estándares de imagen y cultura hegemónica, la diversidad de cuerpos es una realidad innegable. Sin embargo, muchos locales comerciales en San Nicolás no ofrecen alternativas de talles, lo que resulta en una experiencia discriminatoria para numerosos clientes. La falta de inclusividad en la oferta no solo frustra a los consumidores, sino que también refleja una exclusión injusta en el mercado de la moda.

Bajo el Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria (SUNITI), se establecen normativas claras para la fabricación, confección, comercialización o importación de prendas. Esto incluye el calzado y los uniformes de trabajo. Una de las principales obligaciones para los comerciantes, fabricantes o importadores es identificar cada prenda con el SUNITI, asegurando que la etiqueta con la identificación del talle esté claramente adherida a la prenda. Además, deben exhibir de manera clara y detallada la tabla de medidas corporales normalizadas establecida por el SUNITI, tanto en los establecimientos físicos como en las tiendas online.

Testimonios

En diálogo con EL NORTE, algunas propietarias de comercios de ropa contaron sus experiencias: “Lo que sucede es que, en todos los negocios mayoristas la ropa grande tiene un costo mucho más alto. En mi caso, le doy prioridad porque es nuestra ‘especialidad’, pero conozco algunas colegas que por una cuestión de costos, compran unas pocas prendas ‘grandes’ porque deciden comprar más cantidad de talles ‘chicos’”, declaró una comerciante.

Además, la dueña de una tienda local reconoció: “Yo creo que depende mucho de qué material es la prenda, si pedís un pantalón rígido siempre te voy a ofrecer un talle más. Por más que la prenda esté confeccionada con una tabla de talles, te tengo que dar un talle más porque no se expande. Pero si pedís unos pantalones de gabardina te ofrezco un talle menos porque este sí se expande y se va a estirar. Por esto, no me guío con la tabla de talles sino con las diferentes telas y las fábricas que trabajo”.

Otra propietaria, por su parte, manifestó: “No sé si es tan necesaria la curva de talles, todos los cuerpos son distintos. Para ofrecer variedad de talles hay que recorrer mucho”.

Asimismo, la dueña de otro comercio céntrico argumentó: “Conozco la ley. Intento traer más opciones en talles pero no es algo que depende solo de mí, sino de los mayoristas. La problemática está en que no usan una única tabla de medidas. Entonces todo se torna muy difícil”.

Más allá de simplemente regular los tamaños de la ropa, esta legislación tiene como objetivo fundamental unificar un criterio único que abarque la diversidad de cuerpos, garantizando que nadie quede excluido.

Talle único

Una de las cláusulas más destacadas de esta ley es la obligación de contar con maniquíes de diferentes medidas, reflejando así la variedad de cuerpos que existen en la sociedad.

En muchos comercios de indumentaria de nuestra ciudad, se puede apreciar cómo en las vidrieras toma protagonismo la ropa “talle único”. Esto quiere decir que dichas prendas están disponibles únicamente en un solo talle, que, claramente, se adapta solamente a una estructura corporal.

La problemática de adquirir una prenda de ropa adecuada no abarca solamente a consumidores con problemas de obesidad o sobrepeso, sino también a aquellas personas de estructura física pequeña para su edad.
“Si bien tengo 30 años, a veces tengo que recurrir a las tiendas de ropa para niños. Uso talle XS y no en todos lados venden ese talle, ya cuesta conseguir talle S, más cuesta conseguir el talle XS”, declaró una consumidora a EL NORTE. Y agregó: “Lo que es talle de niña uso un 18 porque el talle 1 de mujer me queda grande. Pero a veces la ropa de niña viene muy infantil, entonces lo que suelo hacer es comprar igual aunque me quede grande y después la achico a mi medida… A la fuerza tuve que aprender lo básico de costura para poder achicar la ropa. Compro lo más chico que encuentro, con el calzado lo mismo, no consigo tacos”.
Otra consumidora convive con una problemática similar: “En mi caso siempre que voy a algún negocio en busca de un jean, remeras o shorts, nunca tienen talles grandes. Y si algún local tiene talle grande, la ropa no es acorde a la edad de uno. Generalmente la ropa para personas gordas, acá en San Nicolás, si se llega a conseguir, es toda ropa para señoras grandes y en colores oscuros, porque cómo una gorda se va a comprar ropa en colores claros”, comentó con sarcasmo. Y agregó: “En mi caso, de recorrer cinco locales, solo uno tenía ropa en talles grandes, y en diferentes colores. Otra opción a la que recurro es comprar ropa afuera, cuando amigas viajan al exterior les encargo cosas que compro por la web ya que en otros países sí tienen amplia variedad de talles, tanto chicos como grandes. Pero no todas las personas tienen esa posibilidad y el acceso a la vestimenta debe ser un derecho”.

Por último, manifestó: “También, cuento con una amiga que es modista a quien le pido alguna ropa en particular, como para algún evento en particular. Porque conseguir ropa en talles grandes, ya sea deportiva o de noche, es realmente un ‘bajón’”.

Conseguir una prenda a medida no sólo presenta una dificultad para el día a día. También se presenta otro dilema: la ropa de trabajo. Especialmente en el rubro metalúrgico, las mujeres presentan dificultad para conseguir talle. Esto se debe a que mayormente, la ropa está diseñada para contexturas físicas grandes o con parámetros para el cuerpo de un varón.

También varones

Es importante destacar que esta ley no discrimina por género. Si bien históricamente se ha prestado más atención a los estándares de belleza femeninos, la inclusión de los hombres en esta regulación demuestra un compromiso con la diversidad.

A pesar de que el porcentaje es menor, los consumidores masculinos también presentan dificultades para conseguir una prenda “a medida”.

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