El destino de los ocho acusados del crimen de Fernando Báez Sosa dependerá de los pedidos del Tribunal N°1. El fin del pabellón propio y el problema de la sobrepoblación penitenciaria
El Servicio Penitenciario Bonaerense recibió en éstos últimos tres años a los acusados de asesinar a Fernando Báez Sosa en pabellones propios, apartados de otros detenidos, con recreos donde no se cruzan con otros internos y horarios de visita exclusivos para sus familiares, atendidos por psicólogos y leyendo libros de sagas de fantasía como Game of Thrones.
Hoy, tras las condenas, todo esto puede cambiar.
Según informan el Servicio Penitenciario va a definir la situación de los rugbiers en base a los pedidos de cupo que hagan los magistrados. Luego de la condena, el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 requirió que los ocho rugbiers vuelvan a Melchor Romero, mientras se decide su destino final.
El resguardo de integridad física podrá ser mantenido, pero en base a sus penas, podrán ser separados y enviados a distintos penales, donde se encontrarán con el principal problema del Servicio Penitenciario: el hacinamiento y la sobrepoblación. Las cárceles bonaerenses tienen una capacidad nominal para cerca de 30 mil detenidos. Hoy, superan los 52 mil, según datos oficiales.
El penal de Campana, el más cercano a Zárate, sería el más justo para encerrarlos: la cercanía a las familias es un criterio que suele primar. Hoy, Campana se encuentra hacinado. Los rugbiers podrían ser alejados de sus familias, alojados en cárceles del interior bonaerense profundo, en unidades donde suele haber un 90 por ciento de detenidos de otras jurisdicciones.
