Las agrupaciones del sector demostraron que la organización espacial en los parques industriales es clave para el manejo de la crisis sanitaria. Ahora esperan condiciones para la recuperación económica.
Para la industria argentina, y por supuesto que también para los parques industriales, la pandemia fue un nuevo golpe que se sumó a la crisis económica que venía en curso. Cuando comenzaban a haber signos de alguna reactivación hace un año atrás, el Covid-19 provocó un nuevo sismo y hubo que volver a reacomodar todo.
Sin embargo, a un año de que iniciara todo, es posible señalar que la capacidad de respuesta de estas organizaciones empresarias antes los desafíos de la llamada nueva normalidad no sólo fue exitoso, sino que sacó a relucir la potencialidad ese tipo de espacios de trabajo. Aunque, queda claro, que más allá de alguna reacción de estos últimos meses, los problemas de fondo no sólo no se solucionaron sino que no hicieron más que agravarse.
Todos los expertos señalan que entre las principales virtudes de un parque industrial figura el de contar con espacios controlados en relación al flujo de personas. Y como sabemos, para el control de la crisis sanitaria esto es central.
Alfredo Cecchi, presidente de la Federación Argentina de Parques Industriales (FAPI) y de la Federación Económica de Mendoza, asegura que son “el ámbito ideal para tener un control casi perfecto en esta época de pandemia. Desde la entrada al parque, con el control de barreras, se puede realizar una trazabilidad perfecta de las personas que entran y salen”.
Seguir en marcha
El presidente de Red Parques Industriales y gerente del Parque Industrial Comirsa, Darío Parlascino, señala al respecto que “los agrupamientos industriales constituyen desarrollos urbanísticos pensados, diseñados y ejecutados con la única premisa de contener empresas fabriles y logísticas, por lo que son territorios donde existen eficaces controles. Esto facilita la aplicación de las medidas de distanciamiento social y el control de accesos. Y los que son abiertos, sean de gestión pública o privada, igualmente pueden adaptar un protocolo especial”.
Aún así, hicieron falta los benditos protocolos para poder ponerlos en marcha. Por eso en todo el país trabajaron rápidamente en el armado del protocolo sanitario para agrupamientos industriales, lo que posibilitó el rápido regreso a las fábricas.
Parlascino pone de relieve el diferencial que ofrecieron estos espacios. “Permitió que la actividad productiva y de servicios siga en marcha. Pero la situación fue distinta fuera de estos agrupamientos industriales, hubo empresas que, en distintos municipios, según el grado de avance que tenía la pandemia, debieron suspender su actividad. La actividad industrial se redujo un 20% durante el 2020 y en aquellos distritos que no cuentan con agrupamientos industriales, esto fue una gran debilidad”.
Presente complicado
Si bien, existen realidades diversas, queda claro que la crisis afectó a todas las empresas y se hacen necesarias medidas, algunas de urgencia.
Desde la Red Parques destacan que los parques necesitan que se les garantice la continuidad, que se puedan abastecer, que se les permita realizar la logística y el transporte, que haya transporte de carga con los insumos que necesitan producir. “Mención especial merece el sector de empresas exportadoras, que requieren no solo de agilidad en la importación de insumos para la producción, sino también agilidad en permisos de exportación”, marca Parlascino.
No todos son reclamos. El Ministerio de Desarrollo Productivo nacional, destacan desde Red Parques, lanzó un subsidio de más de $ 3000 millones para obras dentro de los parques y esperan que se refuerce con obras de capacidad energética y servicios relacionados con gas y energía eléctrica, entre otros.
Las dificultades, por supuesto, no comenzaron con la pandemia. Desde el norte argentino, Sonia Mochón, presidenta de la Cámara de Empresarios de Parques Industriales y Logísticos de Tucumán, cuenta como esta pandemia sólo llegó para profundizar los problemas estructurales que siempre tuvieron y que parecen no solucionarse.
