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San Nicolás de los Arroyos
domingo, 2 abril, 2023

Edición N° 4370

POR QUÉ HAY PAREJAS JÓVENES QUE DEJAN DE TENER SEXO

En el campo de la sexualidad hay muchos tabúes, prejuicios y estándares preestablecidos que pueden perjudicar nuestro lado más íntimo y erótico. Las bases de esta problemática, según los especialistas.

POR QUÉ HAY PAREJAS JÓVENES QUE DEJAN DE TENER SEXO


Tomás y Agustina son una pareja heterosexual de 30 y 28 años, sin problemas de salud ni económicos, que conviven juntos desde hace poco tiempo. Con un perfil feminista y con un reparto de tareas muy igualitario, ambos mantienen ciertas amistades por separado, pero reconocen que están enamorados y se desean. El sexo es muy importante en sus vidas y frecuente tema de conversación con sus colegas y hasta con sus respectivos padres, pero deciden ir a ver a un sexólogo porque llevan cuatro meses sin tener relaciones.

Cada día es más frecuente ver casos como el de Tomás y Agustina, parejas jóvenes que visitan los centros de sexología para tratar una situación cada día más común: la falta de relaciones sexuales. Hablamos de parejas jóvenes (entre 25 y 35 años), que apenas llevan saliendo un par de años o tres y que sienten que su vida sexual está totalmente estancada. Pero, ¿esto por qué sucede?



Cuando iniciamos una relación de pareja uno de los mayores alicientes son las relaciones sexuales. Este es el caso de personas cuya sexualidad es aceptada y disfrutada al 100%. En caso contrario, las relaciones sexuales se ven como algo aversivo y se hace lo posible para no vivenciarlas. Por eso, cabe aclarar que hablamos de personas sin ningún tipo de disfunción sexual y con una visión del sexo positiva.

Entonces, ¿qué puede hacer que dos personas jóvenes, sanas, enamoradas, sin estrés ni problemas de otra índole, deban recurrir a terapia de pareja porque, aunque tienen deseo, hace meses que no mantienen relaciones sexuales? Para los especialistas, muy probablemente, la respuesta está en la mente.

Aunque las creencias erróneas siempre han sido el gran impedimento del homo sapiens para desarrollar todo su potencial, ahora se dispone de todo un abanico de conceptos que, malinterpretados, pueden constituir el más poderoso repelente sexual.



Existe una enorme dispersión mental en torno al sexo, debido a la cantidad de información que disponemos. Todos buscamos sensaciones nuevas afuera, pero la sexualidad es concentrar la atención en el cuerpo, en el juego físico, en lo sensorial. Nuestro deber, hoy por hoy, es apagar, temporalmente, la mente para poder conectar con el cuerpo.

Falsas creencias

“Los seres humanos estamos rodeados de mitos y falsas creencias que hacen que no podamos gozar en la cama. Lamentablemente, la pornografía fue uno de los pocos educadores sexuales que tuvimos, nos falta educación sexual y no nos animamos a pedir lo que nos gusta porque nos da vergüenza”, señaló Florencia Salort, ginecóloga y sexóloga del Hospital Italiano de Buenos Aires.

Debemos tener presente que el deseo sexual, o la falta de éste, tiene estrecha relación con nuestros genes y su predisposición para ser combinados con el máximo de sujetos posibles para conseguir asegurar la futura generación. Pero, aparte de los factores genéticos y evolutivos, también tenemos los factores emocionales.

Las sociedades occidentales en particular han sufrido una epidemia de enfermedades mentales en las últimas décadas, con especial influjo de las depresiones y los desórdenes de ansiedad. La inseguridad laboral e inmobiliaria, el miedo al cambio climático y otros factores como la destrucción de los espacios comunes o el deterioro de la vida social influyen y provocan problemas relacionados con la salud mental.



Fuente: www.infobae.com

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