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lunes, 20 marzo, 2023

Edición N° 4357

ROMÁN THAMES TIENE 25 AÑOS Y HACE ONCE MESES QUE VIVE EN LONDRES: ¿CÓMO LO RECIBIERON LOS INGLESES?

NICOLEÑOS EN EL EXTERIOR

Con Diario EL NORTE venimos mostrando la vida de los nicoleños que se encuentran en el exterior, cumpliendo sueños y metas. Hace once meses, con 24 años, Román Thames emigró a Londres, ya que fue contratado por una empresa de allí. En sus vacaciones pasó por la Argentina a visitar a su familia y contó a este medio cómo es vivir en dicha ciudad.

PEl nicoleño Román Thames cuenta cómo es vivir en Londres. IARA CERASI / EL NORTE

De la Redacción de EL NORTE
[email protected]rioelnorte.com.ar



Hay muchas historias para contar sobre nicoleños, pero hay más aún de vecinos de nuestra ciudad que emigran a otros países en busca de perseguir sus sueños. Hemos visitado, a través de sus palabras, lugares como Francia, Australia, Estados Unidos, Canadá, entre otros. Hoy conoceremos Londres, con los ojos del nicoleño Román Thames, un joven de 25 años que hace once meses vive allí.

Licenciado en Economía, su historia comienza en Rosario cuando es contratado por una consultora que tiene sede en varias partes del mundo. “Me la pasaba gran parte del día con clientes del exterior, por lo que tuve la suerte de conocer a un compañero español que estaba en la oficina de Londres. Siempre fue una relación de trabajo excelente, nos ayudábamos mucho y lográbamos bastantes cosas buenas para la empresa”, cuenta Thames.

“Mientras él estaba de vacaciones, yo conseguí un empleo mejor en otra consultora y no llegué a despedirme. Al tiempo, me contacta por LinkedIn y me dice que estaban buscando gente para la sede de Londres donde estaba él. Me pidió que mande el currículum y como no tenía nada que perder, sin ningún tipo de expectativa, lo envié”, añadió el nicoleño, hoy ya en Londres de nuevo.

Finalmente, sobre cómo llegó hoy a estar viviendo en Inglaterra, Román Thames detalló: “Quedé seleccionado para la siguiente instancia de entrevista laboral, ¡quedé!, y cuando me quise dar cuenta ya estaba armando la valija para irme a vivir a Londres. Fue medio largo el tema de la visa, pero ya en noviembre estaba trabajando allá”.



Thames: “Como llegué en noviembre, pasé mi primera Navidad y Año Nuevo lejos de mi familia y amigos, algo que nunca me había ocurrido. Si bien conocía a algunos compañeros, no es lo mismo, más que nada por la diferencia a la hora de festejarlo”.

Diferencias culturales

Sin lugar a duda, la problemática más grande siempre es adaptarse a nuevas costumbres y culturas. El año pasado, cuando Thames llega a Londres y con solo 24 años, tuvo que pasar por primera vez las fiestas lejos de sus seres queridos.

“Como llegué en noviembre, pasé mi primera Navidad y Año Nuevo lejos de mi familia y amigos, algo que nunca me había ocurrido. Si bien conocía a algunos compañeros, no es lo mismo, más que nada por la diferencia a la hora de festejarlo. Acá estamos acostumbrados a que haga mucho calor, a ir a fiestas y almorzar o cenar con mucha gente; todas costumbres que allá no se tienen”, afirmó Román Thames.

“Otra de las cuestiones que me afectó mucho al principio fue el invierno. Casi que no se ve el sol en esos meses y todo se vuelve más difícil de afrontar. Entraba a trabajar de noche y salía de noche, algo que en Argentina no sucede por lo general. Amanece tipo 9:00 y ya a las 16:00 no hay más sol, entonces con ocho horas laborales por día, literalmente no veía el sol en todo el invierno. Al frío le pude hacer más frente comprándome camperas, pero es duro no poder ver aunque sea un rayo de sol”, añadió el nicoleño.

Otra diferencia que marcaba, en relación con el clima, es la lluvia. “Es cierto que en Londres llueve mucho más días de los que tenés sol, pero la diferencia es que acá en Argentina suele ser lluvia fuerte cuando está anunciado y allá es constante y más tipo llovizna, casi que ni se siente. Es más, tampoco llevo paraguas porque es innecesario”, contó Thames.

“No hay como la carne argentina. Allá en el supermercado podés encontrar casi todo lo mismo que acá, pero la carne es de mala calidad y excesivamente cara; entonces me da lástima gastar mucho dinero en algo que sé que después no voy a poder disfrutar”, dijo el nicoleño.

“Las costumbres son bastante de película. Los ingleses son muy puntuales. Por ejemplo, cuando me uní a un grupo de trabajo, íbamos a tomar una birra después de cumplir el horario laboral y yo siempre llegaba tarde. O también los temas de conversación. Acá en la Argentina es recomún hablar de fútbol, o tal vez sobre algo no relacionado con el trabajo. Allá es todo lo contrario, pueden ser dos minutos de charla informal y después 100% trabajo, están en un nivel de productividad impresionante”, aseveró Thames.

Un punto a favor para nuestro país tiene que ver con el tema de alquileres. “En Londres, el alquiler es realmente alto, pero nada que ver con Argentina. Se pagan fortunas y no es habitual que te puedas comprar tu casa propia tan fácil. Sin embargo, es increíble que allá no se preocupan por el día a día, es todo caro, pero también es cierto que los salarios acompañan bastante”, explicó.



“Un ejemplo de esto es salir a comer, acá es renormal salir a comer dos o tres veces por semana, es algo que se puede hacer sin mayores inconvenientes. Mientras que para viajar acá solemos tener que ahorrar meses, o incluso años, dependiendo de salarios y destinos, allá es totalmente al revés, es carísimo salir a comer, no se estila casi, pero podés conseguir pasajes en avión realmente baratos. Mis compañeros están más acostumbrados a viajar que a salir a comer”, agregó Thames.

Lo que sí duele es la carne. “No hay como la carne argentina. Allá en el supermercado podés encontrar casi todo lo mismo que acá, pero la carne es de mala calidad y excesivamente cara; entonces me da lástima gastar mucho dinero en algo que sé que después no voy a poder disfrutar”, dijo el nicoleño, al tiempo que agregó entre risas: “Comí más carne en esta semana que volví de vacaciones que viviendo once meses allá”.

El que no salta es un inglés

La pica entre argentinos e ingleses es real. Aunque, asegura el nicoleño que hoy trabaja en Londres, todos se lo toman con humor hoy en día, un poco por las nuevas costumbres y otro por la cantidad de extranjeros que viven allá. “Existir existe, es algo histórico, pero sinceramente todos siempre nos reímos y nunca llevó a discusiones”, afirmó Thames.

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