Poeta y profesora en Artes Visuales, cuenta con cinco libros publicados, más de cien poemas y se desempeña en su profesión desde que era una niña. Define a un poema como “aquel que te moviliza sin darte cuenta bien por qué”
Benjamín Carreño
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La escritora nicoleña, Silvia Mathieu, empezó desde niña en el mundo de la lectura y eso mismo fue lo que la llevó a escribir, eligiendo la poesía. Con el tiempo, fue incorporando otros libros despertando la curiosidad en su cabeza, se encontró con textos sumamente desconcertantes que “te movilizan y que te hacen descubrir otros mundos más complejos, distantes, pero también cercanos a la vez”.
En la adolescencia, se unió al taller de Lengua y Literatura de la escuela Municipal “Andrés del Pozo”, coordinado -en esos años- por el escritor Piero de Vicari. En diálogo con EL NORTE, la poeta contó: “Ahí fue mi primer contacto con una literatura más seria, porque yo escribía para mí sola. Pude ver como gente de distintas edades tomaban el acto de escritura, empecé a conocer autores, me empecé a interesar por otro tipo de lecturas”.
Teniendo en cuenta esto, Mathieu consolidó vínculos con grupos de escritores y artistas, “entendí que este era un mundo muy significativo para mí”, comentó. Egresada del profesorado en Artes Visuales de la Escuela de Arte Liliana Grinberg de San Nicolás y Licenciada en Artes Plásticas en la Universidad Nacional de Rosario, siempre estuvo vinculada a la disciplina, nunca vivió “lapsos o períodos largos de no escribir o de no estar en contacto con el ambiente literario”.
Una familia vinculada al arte
Pablo Balbis, -pareja de Silvia Mathieu- es un pintor que se dedica a la pintura al óleo en tela. Toma elementos a la historia del arte y los incorpora en la obra de una manera que brinde asociación libre. Participó en la escultura que se encuentra en la Catedral de la ciudad y ha hecho varios murales en Capital Federal.
“Cuando leía autores, había palabras que me resultaban novedosas y las anotaba. Tenía, así como un ejercicio muy marcado, ya después con el tiempo no. Hay cosas que surgen, pero porque tiene que ver con que uno va leyendo muchas cosas y ya tiene más experiencias en la vida, con todo. Entonces vienen las ideas, no sé si vienen solas, pero vienen de alguna manera”, agregó la escritora. Por otro lado, manifestó que “el calor fuerte la bloquea un poco” a la hora de escribir, prefiere los climas más fríos y lluviosos o que no tengan que ver con temperaturas extremas.
Poemas
Mathieu define a un poema como “aquel que te moviliza sin darte cuenta bien por qué. Te hace cambiar alguna visión de algo o sentís que algunos órganos se alteran en el cuerpo”. Además, destacó el “vínculo que tiene lo literario y lo poético con el arte”. Y resaltó: “Me interesa mucho leer literatura latinoamericana e investigar acerca de esos autores, sobre todo la mujer poeta latinoamericana”.
Con más de cinco libros publicados, conteniendo cada uno entre veinte y treinta poemas, la poeta expresó que escribe todos los días: “Siempre tengo cuadernos y lápices a donde voy. Al lado de mi mesita de luz, en la mochila de la escuela, a dónde voy me llevo una agenda, un libro, un cuaderno, algo donde yo pueda escribir”.
Algunas de sus publicaciones son: Refugio de insomnios (1997), Poemas bajo llave (1998), Construcciones de la pertenencia (2008), Cántaros danzantes (2015) y Vengo de parte del fulano aquel: epígrafes de escenas nicoleñas (2020).
También, Silvia señala que cualquier persona puede escribir: “Estamos en una etapa en donde no hay que seguir algo, no hay que seguir un patrón, cada uno hace una búsqueda personal. Cada uno busca un estilo, hay poetas que marcaron épocas, pero ahora nadie te va a decir cómo tenés que escribir”.
“Lo que les digo es que lean mucho, que no sientan vergüenza de compartir sus textos, que compartan, que vayan a grupos donde se sientan cómodos, donde se sientan escuchados, al menos al principio, que se animen a escribir”, concluyó.