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jueves, 19 septiembre, 2024
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Imagen corporal y autoestima adolescente en la era digital

PAUTAS DE ALARMA PARA LA SALUD MENTAL

Las redes sociales y los ideales de belleza se convirtieron en una parte integral de la vida diaria de los jóvenes. Qué hacer frente a esta problemática, según los expertos.

Los jóvenes lidian con estándares de belleza inalcanzables impuestos por las redes sociales, lo que afecta su autoestima.

Las redes sociales transformaron la forma en que los jóvenes se relacionan y perciben el mundo. Y, lo que parece una opción divertida para pasar el tiempo, también implica estar frente a una pantalla-espejo, que devuelve estándares de belleza inalcanzables y la percepción negativa del propio cuerpo. El impacto en la salud mental de los adolescentes está a un clic.

En la adolescencia, los jóvenes experimentan cambios y desafíos; y se suma que se enfrentan una presión constante para cumplir con estándares estéticos irreales, lo que puede llevar a problemas como ansiedad y depresión. La violencia estética y el acoso en línea agravan estas consecuencias.

¿Cómo influye la exposición constante a las redes sociales en la autoestima y la imagen corporal de los adolescentes? ¿Cuáles son las consecuencias y las pautas de alarma? ¿Qué efectos genera en el cerebro? Estas son algunas de las preguntas frecuentes. Pero hay una fundamental: ¿qué hacer frente a esto? A la realidad digital no hay que ponerle filtro.

Fabián Triskier (MN 75.680), médico psiquiatra del Departamento Infantojuvenil de INECO, dijo a Infobae que los adolescentes de hoy “crecieron en un mundo virtual de comparación constante, con una necesidad de mostrarse de determinada manera ante el mundo, con parámetros rápidamente generalizables de lo que está bien, especialmente respecto a la imagen corporal y a las relaciones sociales”.

Y agrega: “Esto podría generar una presión importante, fundamentalmente entre los adolescentes, dado que se encuentran en una etapa en la que comienzan a tomar conciencia de esta comparación social”. A su vez, Triskier apunta: “Las redes sociales amplifican este fenómeno de comparación de una manera impensable en el mundo no virtual, pudiendo impactar en la salud mental de las adolescentes”.

“El refuerzo de los ‘me gusta’, además, demuestra una excesiva dependencia de la aprobación social”, sentencia el experto de INECO y agrega que “la confrontación constante con referentes, famosos e influencers que muestran modelos corporales idealizados y normalizados puede llevar al hábito de compararse y querer alcanzar una imagen concreta con cambios en sus conductas”.

Construcción de autoestima

Por su parte, Paz Magnanini, psicóloga cognitiva infanto-juvenil y profesora en la Facultad de Psicología de la Universidad Austral, señala que “la construcción de autoestima, por un lado, y de la imagen corporal, por el otro lado, se dan en el marco de múltiples variables y a lo largo de la historia del individuo” y advierte que “las redes sociales se han convertido, en el último tiempo, en una de las variables más peligrosas e influyentes en la población adolescente”.

Magnanini es contundente a la hora de hablar sobre la relación entre las redes sociales y la autoimagen de los adolescentes: “La exposición a cuerpos retocados por la inteligencia artificial, el acceso a información sobre dietas, ejercicios, van construyendo un ideal de belleza difícil de alcanzar para los adolescentes, lo cual genera frustración”.

Y continúa: “La imagen corporal es algo que todos vamos construyendo a lo largo de nuestra vida, el problema suele ser la disconformidad y el lugar que le damos en cuanto al éxito personal, es decir, si necesitamos cierta imagen corporal para ser felices, exitosos”. Y apunta que los adultos deben estar ahí para acompañar.

Para el psiquiatra y psicoanalista Harry Campos Cervera, “estamos en un período bisagra, en donde la interacción real con los demás está bastante disminuida y se hace a través de herramientas mediáticas como son las redes sociales”.

Y en esta bisagra, hay que pensar cuál es el impacto real de la modificación de la apariencia física con filtros en la vida de los más jóvenes.

Pautas de alarma

Para mitigar estos efectos negativos, es crucial que los padres y educadores adopten un enfoque proactivo. “No hay que preocuparse, sino ocuparse. Saber qué consumen los adolescentes en las redes, escucharlos, acompañarlos, orientarlos. Cuestionar las redes, generar sentido crítico en ellos, en la medida de sus posibilidades”, dice Magnanini.

Por su parte, Campos Cervera apunta que “las pautas de alarma son el encierro, el aislamiento y los estados depresivos, el bajo rendimiento escolar y pocos amigos reales, donde se observa déficit de interacción con los semejantes”. A su vez, los expertos llaman a prestar atención a los siguientes indicadores:

Comparación constante: observa si el adolescente pasa mucho tiempo comparándose con influencers o amigos en redes sociales.

Obsesión con la apariencia: preocupación excesiva por la imagen corporal y la necesidad de editar fotos antes de publicarlas.

Aislamiento social: preferencia por la interacción digital sobre las relaciones cara a cara, evitando actividades sociales. Evasión de eventos sociales por no poder comer ciertas cosas.

Baja autoestima: manifestaciones de inseguridad o insatisfacción con su apariencia física tras usar redes sociales.

Cambios en el comportamiento alimentario: modificaciones drásticas en la dieta o patrones de ejercicio, influenciados por tendencias en redes sociales.

Cambios en torno a la vestimenta: modificación en cómo se visten los jóvenes, en general cambian su vestuario para usar ropa sumamente holgada de forma constante.

Síntomas de ansiedad o depresión: aumento de la ansiedad, tristeza o irritabilidad vinculados al uso de plataformas digitales y la exposición a estándares irreales de belleza.

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