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San Nicolás de los Arroyos
sábado, 27 julio, 2024

Edición N° 4849

La salud pública y privada en la historia de San Nicolás

En pocos días más se inaugura el Hospital Zona Oeste, con la novedosa forma de administración público-privada que atenderá a quienes poseen obras sociales como a los que carecen de ella. Tecnología de punta y atención médica especializada que los gobiernos anteriores nunca implementaron ante la desinversión de la Provincia y la Nación.

San Nicolás
Desde la Municipalidad de San Nicolás informaron que el nuevo efector sanitario, concesionado a Grupo Oroño, será inaugurado en los próximos días. IARA CERASI / EL NORTE

Por Ricardo D. Primo

La atención de la salud en San Nicolás durante el siglo XIX fue ejercida por médicos particulares (los que podían pagarlos) y por curanderos o manosantas (los más pobres). De tal manera hay registros de notables profesionales como el Dr. Cordiviola o Robles, que a caballo o en carruajes recorrían los domicilios particulares brindando este servicio. Los curanderos, asimismo, también auxiliaban a quienes no podían pagar un médico, con las consecuencias que todos intuimos.

Fue en 1867 cuando Justina Acevedo de Botet hereda de su marido Felipe Botet, que había sido juez de Paz en tiempos de Rosas y un importante hacendado, entre otros bienes, un importante terreno donde mandará a construir lo que sería el primer hospital de San Nicolás, que se llamará San Felipe, en honor al santo cuyo nombre llevaba su esposo fallecido.

El 15 de octubre de 1874, se fundó este nosocomio que surgió de una iniciativa privada. Durante los primeros años fue atendido por las Hermanas de Caridad y luego se contrató a las Hermanas de la Congregación Nuestra Señora de la Misericordia. En 1878, mediante testamento, se donó el hospital al pueblo y se constituyó una Comisión Administradora.

Se organizaban tertulias y eventos para poder solventarlo y prácticamente la salud pública estaba supeditada a la caridad de las personas. El Hospital San Felipe surgió
–como se dijo– de una iniciativa privada cuando no había políticas ni presupuestos estatales de salud y se financió mediante la caridad y los aportes que realizaba el municipio, y una prueba de ello, que luego de la inauguración del Teatro Municipal en 1908 se estableció, fue que una parte de lo recaudado en las diversas funciones que se brindaban se destinó al Hospital.

Piedra fundamental

Con el paso del tiempo, el Municipio solicitó a la Provincia que se hiciera cargo del mismo, y se inició con diversas tareas de ampliación y adecuación a los nuevos tiempos y gracias a la iniciativa de sus respectivos directores.

A raíz de las diversas epidemias que sufrió San Nicolás, en 1887 se colocaba la piedra fundamental para la construcción del llamado Lazareto para la atención de los pacientes infectocontagiosos. Apoyada fuertemente en la iniciativa privada de los quinteros de la zona que donaron las tierras y mano de obra con apoyo municipal. La Provincia y la Nación estuvieron ausentes hasta muchos años más tarde.

Seguidamente la Asistencia Pública, actualmente Centro de Medicina Preventiva (Cempre), fue creada por una ordenanza municipal sancionada el 5 de julio de 1919 y se inauguró el 30 de agosto de 1919. La atención primaria de la salud fue su eje principal y es el organismo que guiaba las políticas públicas de la misma ante tanto desamparo oficial.
Más tarde vendrían las iniciativas privadas y gremiales. La Clínica San Nicolás (privada) se inaugura el 12 de octubre de 1921.La Clínica Alvear (privada) se funda el 19 de marzo de 1966. Estaría además la Clínica Buenos Aires (privada), el Hospital Ferroportuario (gremial) y la Clínica Metalúrgica de la UOM.



Sin inversión pública

En todos esos años, la Nación y la Provincia de Buenos Aires nunca invirtieron en la creación de nuevos hospitales en San Nicolás a pesar de la gran explosión demográfica que sufrió particularmente desde 1961 con Somisa. La Provincia simplemente se dedicó sobre todo a ampliar y adecuar las instalaciones ya existentes.

Cuando este año celebramos 40 años ininterrumpidos de democracia, debemos reconocer que los gobiernos democráticos municipales, desde 1983 hasta el 2017, nunca crearon establecimientos sanitarios ni tampoco lo hicieron la Provincia o Nación. Se diseminaron pequeños dispensarios, algunos improvisados, en salas o garajes para atención primaria de la salud en distintos barrios de la ciudad que no gozaban ni siquiera en forma completa de los servicios básicos (pavimento, agua corriente, cloacas, etc.). El paradigma existencial de estas pequeñas unidades “sanitarias” surgió a partir de 1989 y se prolongó por varios años con la idea de contener a la población sin obra social, ante la grave crisis económica que se atravesaba, y evitar el desplazamiento de vecinos por intransitables calles de tierra o barro después de las lluvias, donde ni siquiera ingresaban los colectivos, evitando también colapsar las principales instalaciones sanitarias existentes.

Hasta el 2011, prácticamente no hubo intervención ni inversión de envergadura en materia de salud por parte de los gobiernos municipales. El Policlínico de la UOM, de carácter privado gremial, se comenzó a construir en 1970 y para 1978 funcionó parcialmente encarando etapas de crecimiento hasta el día de hoy.



Iniciativas municipales

En julio de 2017 se inauguró el Hospital Zona Norte. Una fuerte iniciativa municipal donde había un extenso baldío lleno de malezas y basuras de una zona postergada para las más importantes intervenciones municipales. En la actualidad, la cantidad de atención médica brindada supera holgadamente la realizada por los originales dispensarios de años atrás.
Ahora se inaugura el Hospital Zona Oeste con la novedosa forma de administración público-privada, que atenderá a quienes poseen obras sociales como a los que carecen de ella. Tecnología de punta y atención médica especializada que los gobiernos anteriores nunca implementaron ante la desinversión de la Provincia o Nación.

Queda por ver si la iniciativa del hospital de la zona sur supera esta realidad que estamos por vivir los nicoleños y cómo este sistema, donde el Municipio construye manteniéndose propietario y el privado presta servicios, puede incentivar a otros municipios a trabajar en la misma senda. Atrás queda un ejemplo y recuerdo del área deportiva donde durante la presidencia de Perón, el Estado construía clubes en los barrios, los que eran luego entregados a las sociedades de fomento (algo como las actuales comisiones vecinales) para su explotación.



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